Emprender con la mirada de tigre

Mi buen amigo @MikeRuz, empresario con la cabeza muy bien amueblada, me recomendó leer un libro de Fernando Trías de Bes: «El libro negro del emprendedor». Mi amigo lo lee cada cierto tiempo porque es un buen antídoto contra los cantos de sirena que nos hacen lanzarnos a proyectos sin tener los deberes hechos.

Es un libro muy interesante. Sobre todo me han gustado mucho dos conceptos que debemos tener en cuenta a la hora de emprender: motivo y motivación.

La definición que nos aporta la Real Academia de la Lengua sobre estas dos palabras es la siguiente:

  • Motivo: 1. adj. Que mueve o tiene eficacia o virtud para mover.
  • Motivación: 3. f. Conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona.

Es decir, tener un motivo para hacer algo no implica que tengamos la motivación. Esto debe ser un punto muy importante a la hora de emprender, la motivación es la que nos hará levantarnos temprano, ilusionados y felices (pese a las dificultades), trabajar los fines de semana, que no miremos el reloj,…Todo lo necesario para emprender con mayores garantías de éxito.

La saga de Rocky puede gustar más o menos pero tiene momentos que podemos emplear para motivarnos. Al final no deja de ser un «caerse y levantarse» tan real como la vida misma, y un ejemplo práctico de motivo y motivación lo encontramos en Rocky III. En esta película el motivo es recuperar el título de campeón y la motivación de traduce como la mirada de tigre.

No hay varitas mágicas ni píldoras maravillosas, todo se consigue con esfuerzo. Esto debería ser el título de cabecera de todos los seminarios y encuentros de emprendedores. Se ha puesto de moda emprender, hasta en los colegios damos charlas sobre lo importante que es descubrir nuestros talentos y enfocarlos en propuestas de valor que se puedan desarrollar como negocios. Está muy bien, pero no olvidemos que las ilusiones, los proyectos cargados de amor, los motivos más sinceros para emprender, todo, puede quedar en la nada o, lo que es peor, con deudas por pagar.

Seguramente, para emprender nos sobran los motivos.

Seguramente, para emprender nos falta motivación.

Solo tenemos que encontrar aquello que nos haga tener la mirada de tigre.

Fantasía, Proyecto, Realidad

Me ha encantado comprobar que los emprendedores a los que he entrevistado para la tele, tienen en común el título de este post. En sus cabezas jugaban con la fantasía de emprender, de ser sus propios jefes, de intentarlo. Esa fantasía, mediante horas de estudio, consejos, opiniones a favor y en contra y muchos números, se transformó en un proyecto y hoy en una realidad de éxito. Persiguieron sus sueños hasta conseguirlos (¿verdad Alberto?).

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Aunque no podemos olvidar que la mente (nuestra mente, nuestra vocecilla interior) tiende a fastidiarnos siempre que hay ocasión, motivo por el que tenemos que tenerla a raya. Tras las dedicatorias y agradecimientos de corazón, comencé mi libro «La Vida no es Gratis» con una maravillosa frase de René Descartes: «Mi vida estuvo llena de desgracias, muchas de las cuales jamás sucedieron».

Y es que por mucho que nos digan, que leamos, que recemos, o supliquemos, no podremos borrar las desgracias imaginarias a las que nuestra mente nos expone a no ser que cambiemos nuestra actitud, nuestro pensamiento. Al final son muchos los miedos que nos atenazan, que nos impiden salir de la archinombrada «zona de confort», miedos que nos impiden emprender. Seguimos dándole vueltas a lo mismo sin saber salir del bucle y sin avanzar, debilitándonos, vamos perdiendo confianza en nuestras propias capacidades.

Así que para poner en jaque a nuestro pensamiento se me ha ocurrido pasar esos pensamientos por el filtro de las tres palabras del post. A ver, esto que me está manifestando mi pensamiento (esa vocecilla interior) ¿es una fantasía? Por mucho que me lo imagine con todo lujo de detalles (ya sea positivo o negativo) no va a ocurrir por sí mismo. ¿Es un proyecto? Si la respuesta es afirmativa nos pondremos manos a la obra, así que a ponerlo por escrito, dividido en partes y con un horizonte temporal aceptable. ¿Es una realidad? Hace un frío de cojones en mi Antequera y esto no es ni fantasía ni proyecto, lo hace y punto. Es un hecho contrastado que no puedo cambiar, salvo mi actitud frente al mismo.

Vamos a ponerle freno y a pedirle explicaciones a esa «vocecilla», ya verás como la iremos escuchando menos negativa y más en línea con aquello que realmente nos favorece.

Feliz Navidad

La Navidad es una época en la que nos reencontramos con la familia, con los amigos. Tratamos de olvidar viejas rencillas y ponemos buena cara en las comidas de empresa. Y, por supuesto, nos hacemos nuevos propósitos para cumplirlos en el año que pronto comenzará, para tratar de ser mejores.

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Todas estas acciones encajan dentro de lo que denomino «los cuatro valores fundamentales»: Yo, Familia, Trabajo y Sociedad.

Estas son las cuatro áreas en las que nos relacionamos con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. El orden de prioridades variará en función de nuestras propias necesidades humanas, espirituales y de nuestra edad.

Para afrontar los retos del nuevo año, los elegidos y los que nos van a tocar, tenemos que optimizar nuestro estado de ánimo. Mejorando nosotros lograremos mejorar los otros tres valores, pues al mejorar también cambiamos el entorno en el que nos movemos.

Siempre digo que no existen varitas mágicas ni píldoras maravillosas, todo requiere esfuerzo y perseverancia. Además, para alcanzar la meta propuesta hay un paso previo: saber dónde estamos. Si no sé cuanto peso, no sé cuantos kilos tengo que perder o que ganar. Si no tengo referencia de mi estado físico no sé hasta dónde lo quiero mejorar. Y así con todo.

Dos cosas más, debemos ponerlo por escrito pues así adquirimos un mayor compromiso con nosotros mismos y tenemos que disfrutar del camino hasta alcanzar la meta propuesta.

El éxito no está en alcanzar la cima, está en hacer el camino que nos lleva de meta en meta.

Dice mi amiga Carmen de Flecos Sueltos que hay que humanizar los blogs, es decir menos «robots» y más personas, así que me voy a tomar unos días para poner mi mente a trabajar en los post que quiero ir compartiendo contigo y en mis próximos objetivos, para mí, para mi familia, en el trabajo y con la sociedad. Para empezar haré un resumen con todo lo bueno que me ha pasado este año. ¿Lo malo que ha pasado? De eso ya no me acuerdo.

Feliz Navidad y mis mejores deseo para el año que está a punto de comenzar. Besos y abrazos.