Conducir a ciegas

¿Alguien se imagina conducir sin tablero de mandos? En breve los automóviles en los que nos movemos habitualmente no necesitarán conductor, aunque seguro que alguien en algún lugar del mundo tendrá que tener un tablero de mandos para controlar lo que pasa en ese automóvil.

Lo mismo ocurre en nuestras vidas y en nuestros negocios. Así lo explica Francis Ariza, a continuación, en este post:

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Conocer nuestra situación presente es vital para discernir si estamos haciendo las cosas bien y para poder seguir avanzando y saber qué camino tomar. Un problema que tienen muchas empresas y especialmente pequeños negocios es que no saben con exactitud sus beneficios o bien saben lo que venden pero no si ganan dinero. Es muy importante, y la salud de la empresa puede depender de ello, conocer cuáles son nuestros mejores y peores clientes o tipos de clientes, nuestros productos estrella, los que peor se venden, las mejores zonas de venta o la mejor época del año.

Si conocemos esto podemos definir una estrategia y pensar si es mejor dejar de vender un producto o potenciarlo, si abandonamos clientes que nos cuestan dinero o tratamos de rentabilizarlos por otra vía, esforzarnos en la época que más vendemos o potenciar el resto del año, etc…

Otra situación, muy común, es que tenemos toda la información y todos los datos necesarios pero no sabemos cómo sintetizarla o estructurarla, o quizás tenemos demasiada y hemos perdido tiempo y dinero en rebuscar algo que no necesitamos.

En RAZA Consultores conocemos muy bien estos problemas y por ello somos expertos en la elaboración de cuadros de mando dinámicos o Dashboard a través de la herramienta Excel.

La idea del Cuadro de Mando es que de un vistazo tengas toda la información que necesitas de un aspecto en concreto de tu empresa como si del cuadro de mandos de un coche se tratara, para conducir con control y seguridad. Si todo esta bien seguimos adelante, si algo anda mal, si se enciende un piloto que advierte de un peligro, lo analizamos en profundidad y actuamos en consecuencia.

La versatilidad de dichos Dashboard es el punto fuerte, ya que pueden adaptarse a cualquier empresa, independientemente de su dimensión, y a la información que deseemos ver al momento.

Es muy importante tener presente que un Cuadro de Mando es una herramienta de análisis y por ende, no de gestión con lo cual hay que tener claro qué información queremos ver y para qué la queremos ver. Es decir, cuál es el objetivo final de segmentar dicha información.

Muchos programas de gestión incluyen pequeños cuadros de mando pero nunca podrán llegar tan lejos como uno hecho a tu medida.

Porque tú y tu empresa sois únicos.

 Francis Ariza es economista, experto en consultoría fiscal y financiera.

QUIÉN SANGRA EN TUS BATALLAS

Cuando nos encontramos inmersos en las batallas de nuestras empresas y comercios, de nuestros proyectos emprendedores, peleando incansablemente, llega un momento en que nos damos cuenta de que el reguero de sangre de las heridas recibidas no es solo nuestro. Hay sangre de más personas, de personas que nos importan, de personas que hemos arrastrado al frente de batalla sin darnos cuenta, de personas que nos quieren.

Lo expresa de manera extraordinaria la escritora Patricia G. Monteoliva en su último post del que (con permiso) he copiado este título.

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Esto le pasó a un buen amigo. Tomó la crisis que destrozó a su sector y se la echó a la espalda. Cabalgó sin mirar atrás, peleando sin parar, hora tras hora, día tras día y año tras año. Sin decir nada, presto siempre a las batallas, sin querer pedir ayuda.

Sintiendo el profundo dolor de sus heridas, un día decidió que ya tenía bastante. No podía seguir luchando, ya no le quedaban fuerzas.

Sentado en su escritorio tomó conciencia de que, quizás, era irreparable el daño sufrido.

Y se dio cuenta de que la sangre que lo empapaba todo no era solo suya. Lo que había tratado de evitar, aquello por lo que hubiera muerto mil veces, sangraba junto a él: su mujer, sus tres hijas, sus proyectos, su casa, su empresa, sus trabajadores… Todo se había roto, todo manaba sangre.

Es cierto que las batallas las libra uno solo. Primero con uno mismo (que es la única manera de crecer y fortalecerse) y luego con el enemigo, sea quién o qué.

También es cierto que tenemos que avisar al entorno (familia, empresa) de la batalla que se avecina. Si hay cobardes les damos tiempo para irse; si hay valientes tendremos un punto de apoyo sobre el que volver a curar heridas y coger fuerzas.

Las batallas unas veces se ganan y otras se pierden, todo no es negro o blanco, bien lo sé yo. Pensar que es mejor que no se entere nadie es un error, pase lo que pase necesitas tus apoyos, necesitas transparencia con quien viaja contigo en la vida.

No esperes a sentarte y explicarlo. No esperes a pedir ayuda.

No esperes, no sea que llegues demasiado tarde.

 

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