El frutero no quiere ir a Hollywood

limones 1142En esta sociedad de apariencias, fachadas y sonrisas de plástico, nos olvidamos pronto de los que lo intentaron y cayeron. Solo queremos que nos hablen de los éxitos, para que podamos envidiarlos, y que en el bar nos hablen de los fracasos del vecino para regocijarnos de las desgracias ajenas, apenas asomando la cabeza desde nuestra propia piscina de vida miserable y mentirosa.

¿Para cuándo los monumentos a los héroes caídos y puestos de nuevo en pie para luchar? ¿Cuántos emprendedores, todo corazón, empezaron con la mayor ilusión del mundo para luego fracasar? ¿Cuántos lo vuelven a intentar? ¿Cuántos con la cabeza agachada como si fueran culpables del mayor de los males?

No solo se aprende del que triunfa, también del que fracasa. Es más, su vida, la del fracasado, es mucho más interesante porque es humana, no se rodea de artificios, ni de incienso de éxito, ni de lameculos. Agacha su cabeza y sigue caminando, no le queda otra, tiene una familia a la que salvar.

Lo veo madrugar y trabajar duro, atrás quedaron los días de gloria. Se arrastra sin remedio aparente, tiene los cojones de no rendirse jamás aunque la angustia corroa sus entrañas. Lo intentará una vez más.

No quiere ir a Hollywood, no quiere fotos, no quiere reconocimientos, solo quiere vivir en paz, trabajar, ganarse el pan con el sudor de su frente, ver a su mujer sonreír, hacerlo bien con sus hijos y ayudar a quien lo necesite.

No te rindas, sigue insistiendo, cada día es un éxito, cada euro que entra en la caja un golpe a la cara del infortunio.

Un día más madrugando, un día más dispuesto al combate, un día más apretando los dientes, un día más venciendo, un día más que sonríes, suavemente, cuando recuerdas la palabra.

Un día más la ESPERANZA.

 

Paso 1: Cree en TI, eres un jamón.

PASO 1 CREE EN TI

Estoy harto de tanto anuncio y blog para conseguir un cuerpo escultural, una tableta XXL, alargamientos de… (ya sabes), aprender a tocar la guitarra en diez días y todas estas tonterías que nos prometen como si fueran píldoras de la felicidad: te las tomas y ya estás en el Olimpo de los dioses.

Venga ya.

Aquí no se consigue nada sin el debido esfuerzo. Cuando veo a alguien que toca muy bien la guitarra le pregunto como lo hace y claro me mira con cara como si fuera uno tonto: «practico varias horas al día». Vaya, pensaba que viendo un tutorial de Youtube ya salía yo tocando la guitarra.

Claro, así vienen después las decepciones y los sentimientos de impotencia, inseguridad, inferioridad y el resto de in… que se te ocurran.

Así que el primer paso para empezar bien el día y el resto de tu vida es levantarte creyendo en ti, mirarte al espejo por las mañanas orgulloso de quien eres. No es fácil, tampoco lo es tocar la guitarra, esquiar, dibujar…todo requiere un esfuerzo. No me digas que te ves con unos kilos de más y eso te frustra; pues ponte a régimen y haz ejercicio. ¿Qué quieres, que se vayan solos?

Sobre todo no olvides que creer en uno mismo se parece bastante a preparar un jamón para comérselo. Ir a la tienda, que el vendedor te busque uno de confianza, catarlo y olerlo como si supiéramos, esa es la parte que la vida, nuestros padres y la genética ha hecho por nosotros. Así pues, nos hemos convertido en un jamón.

Cuando un jamón llega a casa comienza un ritual, primero la algarabía familiar, después lo ponemos en la tabla con mimo, cogemos los cuchillos bien afilados y comenzamos:

a) Quitamos las capas superficiales, la corteza que da amargor y el exceso de grasa hasta encontrar el sabroso filón del jamón.

b) Cortamos lonchas finitas, casi transparentes, y las colocamos con mimo en un plato bonito.

c) Intentamos dejar el jamón arreglado para evitar el desagradable corte en forma de cuenco y lo reservamos hasta el próximo plato.

Pues empieza a creer en ti de la misma forma. Elimina las capas superficiales que te han dicho que hay que tener, muéstrate natural, eres una persona no un anuncio andante. Cada día conviértete en un excelente plato para que te saboreen, alimenta el espíritu de quienes te rodean y siempre déjalos con ganas de más. Así irás creciendo en tu autoestima, gustarás y progresarás en tus cometidos.

Y no olvides que quien va cortando el jamón (tú) siempre va probando esos trocillos que no valen para el plato aunque están buenísimos.

Disfrútate.

 

Reirse

 

sonrisa

En esto estamos todos de acuerdo: reírse es bueno, y si es de uno mismo mejor.

Nuestro cuerpo, que es pura química, se acaba “enganchando” a las drogas que le damos. Por tanto, si son sentimientos negativos los que nos invaden serán estos los que provoquen la reacción química de nuestro cuerpo. Generamos más sentimientos negativos para mantener nuestra dosis de droga. Lógicamente, lo semejante atrae a lo semejante, Dios los cría y ellos se juntan, y al final acabamos rodeados de personas negativas y buscando en las noticias y en nuestro trabajo hechos que corroboren nuestro estado de ánimo.

Es un bucle constante de negatividad.

Es muy difícil desengancharse y pasar de lo negativo a lo positivo. Es una batalla permanente. Quizás en el colegio deberían tener una asignatura que fuera encarar la vida con positivismo. Hay quien tiene la virtud natural de enfrentarse a los problemas de la vida con actitud positiva, hay quien ha aprendido a hacerlo, los hay que estamos aprendiendo, y los hay que prefieren seguir en su charca (el Universo contra mi). No hay que hacer nada extravagante para mejorarse, ni cursos de coaching experimental, ni contratar un entrenador personal. Basta con tres ejercicios importantes:

  • Bloquear los pensamientos negativos. Si cuando aparecen los identificamos, en cierta manera tenemos control sobre ellos y sobre los sentimientos que nos provocan.
  • Ser agradecido. Hay infinidad de motivos para dar las gracias. Ya es un privilegio pasar por el mundo. Que la lluvia nos moje, el sol nos caliente, ver crecer los campos, contemplar la naturaleza…
  • Llevar un diario de todos aquellos momentos que nos provocan una sonrisa sincera. Seguro que si hacemos el esfuerzo de recordar momentos pasados en los que nos reímos a carcajadas y los anotamos iremos poniendo barreras a lo negativo y tendremos recursos para motivarnos una buena sonrisa.

Sonríe, por favor, es gratis y fácil.