Si mi perro me muerde, me lo como.

perro agresivo 1142

«Si me perro me muerde, me lo como», le oía decir, hace unas noches, a un amigo que tiene un perrazo. Es lógico pensar que si mi perro me ataca algún problema hay, o con el perro o conmigo.

Aquella conversación me hizo pensar que, a veces (me temo que muchas), dejamos que nos muerda nuestro pensamiento negativo hasta llegar a destrozarnos, sin ser capaces de hacerle frente. Esa manera de jodernos a nosotros mismos, en la que somos especialistas, nos deja aturdidos y sin fuerzas, cabizbajos, preguntándonos siempre por qué nos pasa a nosotros.

Yo llamo a esta parte de mi pensamiento, que viene de visita sin ser invitada, «el bicho». Y cuando «el bicho» me ataca me daña cuando menos un rato y con «suerte» el día entero. La verdad es que es difícil hacerle frente pues tendemos a engancharnos químicamente a nuestros pensamientos negativos (esto lo explica muy bien el doctor Mario Alonso Puig).

Para luchar contra esto ya podemos leer los libros más interesantes del mundo y que mejor lo expliquen, tomar las píldoras de los colores que quieras, rezar o ir de peregrinos a pedir el milagro de pensar en positivo que, al final, la solución está en nosotros. Como dice mi buen amigo Jesús: «en el camino te puedo acompañar y animarte a subir las cuestas, pero el esfuerzo de hacerlo realidad tiene que ser tuyo».

Ya sé que es agotador, pero no nos queda otra.

Suelo tener un recurso visual que me da resultado: me imagino con un periódico enrollado, atento a su salida. Cuando «el bicho» sale le atizo con todas mis fuerzas y me repito (y le repito): hoy no, hoy no puedes conmigo. A veces, gano y otras, me acaba mordiendo.

Lo realmente importante es darte cuenta de que aparecen estos pensamientos, hacerles frente y progresar en tu camino día a día, sabiendo que ésto también pasará.

Esforcémonos, merece la pena.

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