Traigo a mi blog un artículo de mi amigo Francis Ariza, fiscalista con clara vocación hacia la alta dirección y con las ideas muy claras de que son las personas las que conforman una empresa y no al revés. La faena es suya maestro.
Si nos paramos a pensar cual es el significado hoy en día del concepto de bienestar, probablemente lo relacionaremos con tener una vida tranquila y confortable, con los mínimos problemas posibles, donde podamos disfrutar de nuestra familia y amigos. Pero ¿qué es el bienestar en una empresa?
Sin duda cualquier empresa, desde el pequeño autónomo que lucha día a día para poder salir adelante hasta las grandes empresas que operan en el Ibex, desea un mercado sobre el que abastecer su demanda, obteniendo el beneficio esperado y que el sistema en el que actúa y compite no le imponga demasiadas dificultades en la gestión. Sin embargo, como es obvio, este entorno idílico no se da en la mayoría de los casos y llegar a la meta deseada en una empresa se convierte en algo bastante complejo, en cuyo camino se quedan la mayoría de las mismas. Además de que no todas las organizaciones necesitan lo mismo para llegar a sus objetivos marcados.
Centrándonos en el mundo de la pequeña y mediana empresa, muchos autónomos que empiezan y otros tantos que llevan varios años, realmente no saben lo que es una empresa más allá del concepto ganar dinero.
Una empresa es una organismo vivo que se relaciona y compite en un ecosistema propio y por tanto tiene que adaptarse a las necesidades que surgen día a día para sobrevivir. Este ecosistema lo conforman sus proveedores y acreedores, sus clientes, leyes y normas que le afectan, elementos propios como su identidad, su marca y sus propios empleados.
En base a lo anterior vuelvo a formular la pregunta: ¿qué es el Bienestar para una empresa o un autónomo en el siglo XXI? Pues bien, el bienestar de tu empresa, de tu proyecto es la impronta de ti mismo que seas capaz de dejar en el seno de la misma. Es obvio que para llegar a donde quieres es fundamental la rentabilidad, pero más importante aún es perdurar en el tiempo y por consiguiente la manera de conseguir esa rentabilidad se convierte en la piedra angular de tu proyecto.
¿Y quién conforma esa piedra angular? Las personas, tanto si se trata de tus empleados como de tus clientes o tus proveedores, son recursos que están abiertos a negociación y a adaptación y como tales pueden suponer un desahogo en momentos acuciantes. Ver más allá de la utilidad de los números es algo que se aleja de los convencionalismos empresariales más conservadores y se acerca a una realidad cada vez más palpable, y recuerda que nada es más tozudo que la realidad.
Si cuidas a tus empleados ellos cuidarán de tu negocio tan fielmente como tú, si cuidas a tus proveedores ellos se encargarán de tenerte siempre abastecido y estarán dispuestos a ponerte por encima de otros, si cuidas a tus clientes ellos elegirán tu producto por delante de la competencia.
El valor humano por delante del valor numérico, como seña de identidad de una empresa.
Francis Ariza es economista, experto en consultoría fiscal y financiera.