QUIÉN SANGRA EN TUS BATALLAS

Cuando nos encontramos inmersos en las batallas de nuestras empresas y comercios, de nuestros proyectos emprendedores, peleando incansablemente, llega un momento en que nos damos cuenta de que el reguero de sangre de las heridas recibidas no es solo nuestro. Hay sangre de más personas, de personas que nos importan, de personas que hemos arrastrado al frente de batalla sin darnos cuenta, de personas que nos quieren.

Lo expresa de manera extraordinaria la escritora Patricia G. Monteoliva en su último post del que (con permiso) he copiado este título.

batallas coaching empresa familia

Esto le pasó a un buen amigo. Tomó la crisis que destrozó a su sector y se la echó a la espalda. Cabalgó sin mirar atrás, peleando sin parar, hora tras hora, día tras día y año tras año. Sin decir nada, presto siempre a las batallas, sin querer pedir ayuda.

Sintiendo el profundo dolor de sus heridas, un día decidió que ya tenía bastante. No podía seguir luchando, ya no le quedaban fuerzas.

Sentado en su escritorio tomó conciencia de que, quizás, era irreparable el daño sufrido.

Y se dio cuenta de que la sangre que lo empapaba todo no era solo suya. Lo que había tratado de evitar, aquello por lo que hubiera muerto mil veces, sangraba junto a él: su mujer, sus tres hijas, sus proyectos, su casa, su empresa, sus trabajadores… Todo se había roto, todo manaba sangre.

Es cierto que las batallas las libra uno solo. Primero con uno mismo (que es la única manera de crecer y fortalecerse) y luego con el enemigo, sea quién o qué.

También es cierto que tenemos que avisar al entorno (familia, empresa) de la batalla que se avecina. Si hay cobardes les damos tiempo para irse; si hay valientes tendremos un punto de apoyo sobre el que volver a curar heridas y coger fuerzas.

Las batallas unas veces se ganan y otras se pierden, todo no es negro o blanco, bien lo sé yo. Pensar que es mejor que no se entere nadie es un error, pase lo que pase necesitas tus apoyos, necesitas transparencia con quien viaja contigo en la vida.

No esperes a sentarte y explicarlo. No esperes a pedir ayuda.

No esperes, no sea que llegues demasiado tarde.

 

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Bienestar, objetivo de empresa y vida

Traigo a mi blog un artículo de mi amigo Francis Ariza, fiscalista con clara vocación hacia la alta dirección y con las ideas muy claras de que son las personas las que conforman una empresa y no al revés. La faena es suya maestro.

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Si nos paramos a pensar cual es el significado hoy en día del concepto de bienestar, probablemente lo relacionaremos con tener una vida tranquila y confortable, con los mínimos problemas posibles, donde podamos disfrutar de nuestra familia y amigos. Pero ¿qué es el bienestar en una empresa?

Sin duda cualquier empresa, desde el pequeño autónomo que lucha día a día para poder salir adelante hasta las grandes empresas que operan en el Ibex, desea un mercado sobre el que abastecer su demanda, obteniendo el beneficio esperado y que el sistema en el que actúa y compite no le imponga demasiadas dificultades en la gestión. Sin embargo, como es obvio, este entorno idílico no se da en la mayoría de los casos y llegar a la meta deseada en una empresa se convierte en algo bastante complejo, en cuyo camino se quedan la mayoría de las mismas. Además de que no todas las organizaciones necesitan lo mismo para llegar a sus objetivos marcados.

Centrándonos en el mundo de la pequeña y mediana empresa, muchos autónomos que empiezan y otros tantos que llevan varios años, realmente no saben lo que es una empresa más allá del concepto ganar dinero.

Una empresa es una organismo vivo que se relaciona y compite en un ecosistema propio y por tanto tiene que adaptarse a las necesidades que surgen día a día para sobrevivir. Este ecosistema lo conforman sus proveedores y acreedores, sus clientes, leyes y normas que le afectan, elementos propios como su identidad, su marca y sus propios empleados.

En base a lo anterior vuelvo a formular la pregunta: ¿qué es el Bienestar para una empresa o un autónomo en el siglo XXI? Pues bien, el bienestar de tu empresa, de tu proyecto es la impronta de ti mismo que seas capaz de dejar en el seno de la misma. Es obvio que para llegar a donde quieres es fundamental la rentabilidad,  pero más importante aún es perdurar en el tiempo y por consiguiente la manera de conseguir esa rentabilidad se convierte en la piedra angular de tu proyecto.

¿Y quién conforma esa piedra angular? Las personas, tanto si se trata de tus empleados como de tus clientes o tus proveedores, son recursos que están abiertos a negociación y a adaptación y como tales pueden suponer un desahogo en momentos acuciantes. Ver más allá de la utilidad de los números es algo que se aleja de los convencionalismos empresariales más conservadores y se acerca a una realidad cada vez más palpable, y recuerda que nada es más tozudo que la realidad.

Si cuidas a tus empleados ellos cuidarán de tu negocio tan fielmente como tú, si cuidas a tus proveedores ellos se encargarán de tenerte siempre abastecido y estarán dispuestos a ponerte por encima de otros, si cuidas a tus clientes ellos elegirán tu producto por delante de la competencia.

El valor humano por delante del valor numérico, como seña de identidad de una empresa.                        

 Francis Ariza es economista, experto en consultoría fiscal y financiera.

Huesos del montón

Ya sé que esto de huesos del montón suena a título raro, sobre todo teniendo en cuenta que pretendía hacer una reflexión de cara a las vacaciones de verano, pero como escribo en mi blog, pongo lo que me da la gana (increíble libertad). Vaya por delante que me voy a tomar unos días de vacaciones blogueras, que siempre viene bien dejar atrás las obligaciones aunque sean placeres.

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Ya se le ocurrió a Shakespeare, a través de su complejo Hamlet, reflexionar sobre quién es capaz de distinguir a los ricos de los pobres, a los poderosos de los humildes, convertidos todos en huesos del montón.

Podemos creer en Dios o no, pensar que somos un accidente natural, que nos hemos reencarnado o que lo haremos en un futuro… lo que sí pienso es que tenemos todos alma. Lo repito con mayúsculas: ALMA.

Luego si tenemos alma y ésta se aloja en nuestro cuerpo, en este montón de huesos bien dispuestos que le dan soporte, ¿con qué la estamos alimentado?

Alimentamos nuestro cuerpo primero por necesidad y luego por placer, anteponiendo lo segundo a lo primero siempre que es posible. Ay, el placer (lo material), ¿hacia dónde nos arrastra?

Pensando en un esquema sencillo descubrí que ya estaba inventado, como todo lo que no tiene que ver con lo material:

  • Nacemos. O reencarnamos, según se prefiera. La segunda opción es más compleja ya que requiere buscar la familia en la que reencarnarse. Siempre resulta más cómodo pensar que no hemos podido elegir, que tenemos la familia que nos ha tocado.
  • Crecemos. El crecer es cosa nuestra, aunque para hacerlo tenemos que alimentarnos (el cuerpo y el alma). ¿Quién nos alimenta y cómo? Una vez creciditos ya somos capaces de alimentarnos por nosotros mismos (repito cuerpo y alma), aunque es más cómodo que nos sigan alimentado que esforzarnos en hacerlo nosotros (de nuevo repito cuerpo y alma).
  • Reproducimos. Qué divertido es; que complicado cuando lo divertido se convierte en niños y niñas. En esta fase volvemos al punto anterior aunque cambiamos los papeles ¿con qué los alimento (cuerpo y alma)?
  • Morimos. Aquí está el gran avance de la ciencia. Ya lo decía Emilio Duró en su conocidísima conferencia: el gran avance de la humanidad es el aumento de la esperanza de vida. Como esto siga así, a los 90 vamos a seguir pensando que somos jóvenes. Pero claro, este avance de la ciencia se ocupa de que vivamos más años y con mejor calidad de vida, en este caso del cuerpo. Y¿quién se ocupa de que tengamos mejor calidad de vida para nuestra alma?

Vivimos en un mundo dualista: luz/oscuridad, amor/odio, sol/luna, guapo/feo, delgado/gordo, caro/barato …, VIDA/MUERTE.

¿Vivir como si no hubiera un mañana o pensando que hay un mañana para el que hay que vivir?

¿Vivir pensando en qué dejaremos para ser recordados o vivir pensando qué haremos para ser recordados? Cuerpo o alma, material o espiritual.

Feliz verano.

 

La vida con socio ¿te hace falta?

¿Cuántas cosas faltan en tu vida? Seguro que cada persona tiene una respuesta diferente para esta pregunta. Al final, nuestras circunstancias condicionan nuestras necesidades materiales y humanas.

socio, la vida no es gratis, emprender

¿Influye en qué lugar del mundo nacemos? Por supuesto. Y si me apuras hasta influye el barrio, el bloque o la calle donde uno nace. Son estas las cartas con las que empezamos a jugar en nuestra vida.

Cuando jugamos una partida de cartas, la tentación de mirar las que le han tocado al que tenemos al lado se incrementa con la sonrisa que se le escapa a éste a medida que las va ordenando: – ¡Que suerte tiene!, con el «asco» de cartas que me han tocado.

Esa es la realidad, mis cartas son diferentes de las tuyas y del resto de la humanidad. Mis circunstancias, igual que las tuyas, son únicas. Somos seres humanos irreemplazables e irrepetibles, por ese motivo nunca jugamos igual unos y otros.

¿Hay que conformarse con lo que nos toca? La respuesta en realidad sería: hay que jugar bien con lo que nos toca. ¿Sirve quejarme? Para nada. ¿Sirve prepararse para lo que nos pueda tocar? Por supuesto. Es evidente que no podemos controlar lo que nos toca y tampoco podemos estar preparados para todo, aunque sí podemos adquirir la costumbre de aprender sobre lo que no conocemos. O sea, que frente a la pregunta ¿ahora qué hago? la respuesta sería investiga, estudia, aprende y utiliza la mejor opción.

Tenemos la mejor herramienta del mundo, nosotros mismos. Nacemos completos, dentro de una sociedad, pero completos e independientes. Si nos preparamos, podremos afrontar mucho mejor las circunstancias que nos plantee la vida sin que dependamos de otros.

A la hora de emprender, muchas veces nos planteamos si necesitamos tener un socio que complete nuestros conocimientos. Buscar a alguien que complete nuestros conocimientos es decirle a alguien que lo necesitamos porque no sabemos aquello que él sí sabe, es decir, dependemos de otro en una parcela determinada de nuestro negocio.

Para emprender necesitamos saber muy bien donde nos metemos, estudiar, escribir (el papel lo soporta todo, tu bolsillo no) y planificar en objetivos y plazos. Puedo querer compartir mi proyecto, que no es lo mismo que necesitar compartir mi proyecto.

¿Si tuvieras dinero necesitarías compartir tu proyecto? Estudia bien tus cartas.

La marca del Caribe. Cumplir las promesas

Hace algunos días hablaba con mi amigo Juande sobre su último viaje a tierras caribeñas. Viajero incansable y gran galán conquistador, me comentó que para este viaje se había comprado un bañador de determinada marca (no la recuerdo) que le costó 120 euros. Claro que lo importante no era el precio pagado sino que la marca iba claramente impresa en el mismo, lo que posicionaba a mi amigo en el mercado de «aventureros en el Caribe con pasta». Sin duda le funcionó.

La importancia de la marca en la promesa de nuestro negocio.

El poder de una marca está en ofrecer al consumidor una promesa sobre el producto que éste va a comprar. Es decir, prometemos cumplir sus expectativas (mejor si las superamos) por el precio pagado. Los problemas suelen venir cuando esas expectativas se quedan en un envase bonito, una web bien diseñada, un local muy estudiado, oficinas perfectas, un catálogo costeado y desgraciadamente nada más detrás de todo esto.

Es difícilísimo conseguir abrirse un hueco en el mercado, conseguir la oportunidad de que nos prueben, que nos den la posibilidad de entrar en los hogares de los consumidores.

De verdad que sólo hay una oportunidad para una buena primera impresión y la envuelta que adoptamos para nosotros, nuestras empresas o productos debe estar en consonancia con lo que somos realmente. Si estamos empezando y no nos podemos permitir grandes lujos eso es lo que tenemos que transmitir, no deberíamos crear expectativas por encima de nuestras posibilidades.

Si empiezo con un pequeño gastrobar, tan de moda ahora, y puedo servir muy bien a 25 comensales debería tener la dimensión para ello. ¿Por qué voy a tener la posibilidad de que entren 40 si no los voy a poder atender bien?

A veces, nos pierden los volúmenes y queremos hacernos grandes en tamaño, con crecimientos rápidos sostenidos en cimientos de barro. Los éxitos no son inmediatos, y si tenemos esa sensación quizás sean flor de un día.

El éxito deber perdurar en el tiempo, y todo lo que dura es porque está muy bien construido.

 

Ponle nombre al fracaso

«Ponle nombre al fracaso» debería ser una máxima en nuestras cabezas para definir aquellas partes de nuestra vida que nos han dejado una marca en el alma.

Hay muchos fracasos en la vida, personales y profesionales, que no están bien vistos en esta sociedad orientada al éxito y a la vida fácil. Lo cual es irreal ya que todo requiere un gran esfuerzo y lo material no nos completa humanamente.

Hace unos días vi la película «Belleza Oculta», protagonizada por Will Smith, en la que narra su vida antes y después de la pérdida de un ser querido, el esfuerzo por razonar lo que no es razonable.

Me llamó la atención que en una reunión de terapia en grupo, de ayuda a los que han sufrido la pérdida de un ser querido, además del lógico dolor e intenso recuerdo se le pone nombre a la pérdida. Se llamaba XXX y murió por XXX.

Esto me hizo reflexionar sobre nuestra vida personal y también la profesional. ¿Cuántos fracasos ocultamos para que no nos miren mal? Este es uno de los miedos más poderosos a los que nos enfrentamos cuando emprendemos. ¿Y si me va mal? ¿Qué van a pensar de mí?

En realidad no hay ningún fracaso completo, como tampoco hay ningún éxito completo. Lo que sí es realmente importante es saber qué no salió bien, aprender la lección y seguir adelante.

¿Y si nos preguntan por nuestro fracaso?

No sirve de nada escondernos, pues la respuesta la sabemos y es fácil contestar.

«Emprendí con toda la fuerza y toda la pasión del mundo, hice todo lo que pude y estuvo a mi alcancé, aunque no lo conseguí. He aprendido que la próxima vez tengo que mejorar…»

Este no es un ejercicio para valientes, es un ejercicio de sentido común. El que esté libre de fracaso que levante la mano. No hay nadie. 

Quien quiera vivir sin intentarlo que levante la mano.

Yo no soy de esos, lo intentaré una vez más. ¿Y tú?

Surfear la vida

Surfear la vida es un concepto que he aprendido del libro, regalo de mis hijos, que hace unos días terminé: «El juego interior del Tenis», de W. Timothy Gallway. Es un libro muy interesante porque desarrolla la dualidad (al menos) interna de cada uno. El autor establece el Yo número 1 como nuestra parte consciente y el Yo número 2 como la parte subconsciente. El razonamiento es fácil: si un día nos autopegamos la bronca por algo que hemos hecho ¿quién está regañando y quién está recibiendo la regañina?

Consultor y coach para emprendedores y empresas

Una vez comprendidos y desarrollados estos conceptos de nuestro interior, cabe preguntarse si las diferentes circunstancias por las que atravesamos en la vida son una alineación de los astros universales para hacernos infelices o simplemente son retos para que avancemos en nuestro aprendizaje vital.

Este tema también lo deja claro Gallway cuando se cuestiona si debe jugar «machacando» el golpe débil del contrario. No es lo mismo jugar para hacer perder al contrario que jugar esperando que el otro desarrolle su mejor juego para, así, ser nosotros mejores de lo que éramos ayer.

Si fuerzo tu lado débil es para que lo mejores y avances, no te hago ningún favor ayudándote a esconder tus debilidades. Tómatelo así.

Con la vida pasa igual, podemos quejarnos de las cartas que nos tocan o pensar que lo que nos pasa es para avanzar y desarrollarnos, mejorar.

Resulta que podemos surfear la vida buscando olas pequeñas, olas grandes o la gran ola. Lo que está claro es que ninguna ola es igual a la anterior, y que cuando surfeamos una ola lo hacemos solos. A mayor dificultad, mayor satisfacción.

Solo los obstáculos sacan lo mejor de nosotros mismos, claro que para afrontarlos lo primero que tenemos que hacer es dejar de juzgarnos, querernos mucho y estar seguros de que, con el debido esfuerzo, seremos capaces de vencerlos.

Día de notas. Como la vida misma

A todos los padres y madres con niños y niñas en edad de cole nos ha tocado ver, firmar y discutir las notas en estos días. En mi caso les he tratado de transmitir a mis niños que no necesito supernotas, que me vale con que estén en el grupo de cabeza de la clase, pero que, sobre todo, detesto y me enfado cuando un profesor me dice que están por debajo del rendimiento que pueden dar.

Consultor de empresas y emprendedores

Así que tuvimos nuestra reunión hijos+padre para comentar el resultado de las notas. Traté de transmitirles que las notas, las calificaciones sobre su trabajo, no tienen como objetivo hacer que yo me sienta mejor sino que son el resultado de su esfuerzo, de su trabajo.

Es difícil motivar a estudiar, así que les propuse que debían elegir la opción ganadora en un ejercicio de supervivencia:

– Tienes bajo tus órdenes un comando de valientes soldados, con la misión de salvar a un grupo de personas atrapadas en la selva, bajo el control de un malo malísimo. Puedes elegir enviar a tu comando con tres equipaciones diferentes:

a) con machetes.

b) con machetes y pistolas.

c) con machetes, pistolas y ametralladoras de asalto.

¿Con qué equipación los mandas?

Los niños son niños pero no son tontos: – Papá, con la c). Pues hijos míos la vida es igual, o te preparas y te equipas bien (con tu formación, con tu interés por aprender, con tus experiencias) o será mucho más difícil sobrevivir en la selva de la vida.

Y lo que es mucho más importante, tenéis que hacerlo por vosotros no por las notas. Debéis tener el firme propósito de ser mejores de lo que erais ayer, de no quedaros por debajo del rendimiento que podéis dar. En realidad no se trata de ser mejores que los demás, «simplemente» ser mejores que uno mismo cada día. Esa es la mejor garantía para sobrevivir en la selva.

– Papá, como en la vida misma.

– Sí hijos, sí, como en la vida misma.

Éxito: el plato del día

La semana pasada me invitaron a dar una charla en la ceremonia de graduación del IES Pintor José María Fernández en Antequera. Fue un acto muy bonito en el que me encantó participar. Como se trataba de alumnos de segundo ciclo formativo se me ocurrió que podía hablarles de emprender y como estar más seguros de alcanzar el éxito.

Asesoramiento-emprendedores-y-empresas-Málaga

Es difícil hablar de cómo alcanzar el éxito y que comprendan que no se trata de tener el mejor coche o la mejor casa, sino de ser mejores de lo que eramos ayer. Vivimos en la era de la inmediatez, donde queremos tenerlo todo ya. Navegamos por Internet y nos aparecen anuncios de objetos que buscamos alguna vez, publicidad para ser más felices y los artículos para alcanzar las metas en cinco sencillos pasos.

Solo vemos los triunfos de los deportistas, las medallas ganadas, los trofeos conquistados, el dinero ganado. Éxito, éxito, éxito. Dinero, dinero, dinero.

¿Cómo le explicas a los recién graduados que van a tener múltiples fracasos? ¿Cómo les cuentas que la vida es un caer y levantarse? Enseñarles que lo importante no es la meta, sino el camino recorrido en la dirección correcta y que ésta la indica la brújula de tu conciencia y tus valores. Es difícil porque todo esto está oculto bajo gruesas capas de publicidad, del «yo me lo merezco», del egoísmo. Cómo explicas que el dinero solo es un objeto más a coleccionar, más allá de una herramienta de intercambio.

Para emprender con éxito, y no me refiero a ganar dinero, sino a estar satisfechos con nuestro trabajo, debemos tener en cuenta algunos puntos clave:

  1. Descubrir nuestro talento. ¿En qué somos buenos? ¿Cuáles son nuestras capacidades?
  2. Conocimiento. No se trata saber que somos buenos, hay que estudiar más, prepararse mejor y estar dispuestos a aprender.
  3. Humildad. Siempre hay alguien que me puede servir de modelo, que me puede enseñar.
  4. Esfuerzo. La vida no es gratis, todo se consigue con esfuerzo. No hay varitas mágicas ni píldoras maravillosas.
  5. Tiempo. No podemos querer hacer de todo. La vida es corta, pero también es larga cuando se nos hace cuesta arriba. Hay que seleccionar bien dónde empleamos nuestro tiempo y con quién. El tiempo es nuestro mayor tesoro.
  6. Sacrificio. Que nadie piense que el éxito se consigue sin sacrificio. Requiere un gran esfuerzo, tanto nuestro como de las personas que nos rodean.
  7. Pasión. O le ponemos pasión, amor, garra, a nuestra vida o nunca llegaremos a la meta deseada. Las cosas no ocurren sin más.

Alcanzar el éxito, emprender con seguridad, se consigue trabajando en equipo. No pasa nada por levantar la mano y pedir ayuda.