Top Gun Maverick, el valor del senior

Película trepidante, acción y romanticismo al más puro estilo de Hollywood. Si la trasladáramos al mundo de la empresa tendríamos a la típica empresa digital en la que chicas y chicos brillantes, se matan por igual a trabajar y a ir al gimnasio para tener el trabajo perfecto, el cuerpo perfecto, la sonrisa perfecta, etc., etc.

Esto es lo que denomina Edgar Morin como el imaginario colectivo. Las películas nos hacen descubrir vidas de ensueño que se convierten en aspiracionales, sin que nos demos cuenta de que son meras fantasías, porque las vidas perfectas no existen.

Pero volvamos a la comparación con el mundo de la empresa. Resulta que todos estos jóvenes impecables y extraordinariamente formados necesitan de un senior que les ponga las pilas, les explique lo que es el mundo de verdad y les enseñe cuales son los valores fundamentales.

(Cuidado con el spoiler). Cuando el director general decide que los métodos del senior no son adecuados por el riesgo que suponen, lo aparta y cambia las reglas del juego para hacerlo más fácil para sus jóvenes pupilos.

El senior, una vez más, tiene que demostrar su capacidad de sacrificio, de esfuerzo y su tolerancia a la frustración para poder retomar el control y alcanzar el objetivo propuesto.

Ya no vale con que el senior tenga la experiencia, es que lo tiene que demostrar cada día, pues cada día está en entredicho su capacidad. Agota tener que estar demostrando que la edad no es una unidad de medida del valor de una persona, al igual que su sexo.

Menos mal que al final se queda con la chica.

Problemas y decisiones por obligación

Enumeraba Peter F. Drucker seis puntos para identificar y resolver problemas, tomando las decisiones correctas.

Hacía hincapié en que a la hora de tomar una decisión sobre un problema es fundamental que se hayan presentado alternativas, diálogos entre diferentes puntos de vista. Esto enlaza con otra idea del mismo autor: los líderes deben escuchar antes de actuar. En una sociedad empresarial basada en el ordeno y mando, tener líderes que sean capaces de escuchar a su entorno, para cuestionar sus propias decisiones, resulta bastante improbable.

Aunque la realidad nos demuestra, y parece de sentido común, que una decisión tomada por consenso se aplicará de una manera convencida y no de una manera obligada.

Profundizar en la causa de los problemas, buscar la raíz, es más productivo cuando se hace en una sesión conjunta que intentarlo uno solo. Las sesiones conjuntas permiten el diálogo, el cambio de opiniones y la permeabilidad sobre los criterios de actuación de cada uno. Claro que para llegar a este punto lo más importante es la confianza entre los interlocutores y la confianza en que el líder llevará a cabo la decisión consensuada.

Todo esto llevado con la diligencia debida, para no acabar en la vía muerta de la parálisis por el análisis.

Preguntar, escuchar, profundizar, consensuar y actuar asumiendo la responsabilidad de las acciones llevadas a cabo.

Parece fácil, pero lo complicamos tanto con la falta de humildad y los egos.

SE TRASPASA EMPRENDEDOR

Tiene toda la razón mi amigo Mike cuando afirma que es mejor comprar un negocio o llegar a hacerse con un traspaso que empezar de cero, pues al día siguiente de ser tuyo eres capaz de tener ingresos, y con el tiempo te encargas de darle tu «toque personal».

traspaso negocio coaching liderazgo empresa familiar

Pero hoy vengo a escribir desde el otro lado del traspaso. De aquella persona que poniendo toda su ilusión y dinero (a veces todo lo que tiene) se ve colgando el cartel de «Se Traspasa».

Es muy duro perder tu negocio, lo sé por propia experiencia, por ese motivo me propuse ayudar a los que querían emprender aportando mi visión desde el otro lado. En este país seguimos con la tontería de no hacer caso de aquel que ya ha pasado antes por el trance, nadie aprende en cabeza ajena.

Hay infinidad de libros, vídeos y programas que nos orientan para que nuestra aventura de emprender, que no deja de serlo, sea lo más segura posible. Ya lo contaba en mi post meses atrás: Emprender con Seguridad.

Es difícil, cuando estás dentro de tu proyecto,ver los síntomas de que no va bien. Y si los ves te autoengañas pensando que es algo pasajero, que se arreglará y que el mes que viene irá mejor.

El primer síntoma es cuando abrimos la caja y no hay dinero, ni se le espera. No le des más vueltas. Si pasado un tiempo de seguridad en el que tenemos que ir notando el aumento de la caja esto no sucede, hay que ponerse manos a la obra y buscar soluciones.

En mi caso, desde enero de 2009, fecha en la que ya era consciente de que me había arruinado y había perdido mi empresa, hasta noviembre de 2012 en que conseguí venderla, luché a muerte para seguir la estrategia trazada:

a) Vender la empresa.

b) Encontrar un socio capitalista.

No vale con poner un cartel en la puerta, no vale con ser reactivo.

Una vez más la vida simplemente es.

Eres tú quien haces que sucedan las cosas.

 

 

ORGANIZACION ANTIFRAGIL

La palabra antifrágil la he tomado prestada del líbro del autor Nassim Nicholas Taleb «Antifrágil«, donde desarrolla su estudio sobre lo que él denomina la triada: frágil – robusto – antifrágil. La verdad es que me ha costado leerlo, porque tiene momentos de lectura bastante farragosos, aunque me ha sido de gran ayuda para comprender y desarrollar este concepto de antifrágil para las organizaciones y empresas.

TALEB ANTIFRAGIL EMPRESA MALAGA LIDER COACHING

Vamos a empezar la casa por el tejado. Estamos sobradamente bombardeados por superempresas de aparatosas estructuras, con múltiples departamentos y de grandes complejidades organizativas. Han ido creciendo a lo largo de los años acoplando departamentos, dividiendo y repartiendo personal de un lado a otro sin que sepan muy bien lo que tienen que hacer. Se parece bastante a cualquier tipo de gobierno (venga, vale, habrá alguna excepción).

Usaré la metáfora de la mesa (idea mía): preparamos en casa una reunión de amigos, unas doce personas, y tenemos una gran mesa de comedor de alas desplegables de estas que no solemos usar nunca. Cuando vamos a preparar la mesa y la abrimos en toda su dimensión nos damos cuenta de que sus cuatro patas son bastante finas como para soportar toda la estructura y las alas abiertas de la mesa ceden ante el peso de la vajilla y el resto del servicio de mesa. Ya han llegado los invitados. ¿Qué hacemos?

Seguramente criticaremos en primer lugar al que nos vendió esta mesa como la mejor, por supuesto al fabricante que no se le ocurrió verificar que la mesa soportara un peso considerable, y como tengamos algún amigo «especialito» que nos ofrezca sus sabios consejos ya tenemos la comida echada por tierra.

¿Soluciones? Fácil: un tablero más grueso que no ceda, en vez de cuatro patas al menos seis, …

Esto pasa en las organizaciones. Buscamos arreglar el resultado del problema con más burocracia, con más registros, con más controles, con el vigilante del vigilante, con más y más estructura, …

¿Y si en vez de poner un tablero más gordo y más patas creamos una mesa nueva con un diseño diferente, no más robusto, no más pesado, no con más estructura?

Crear un diseño sencillo y antrifrágil, volver al origen, ese es nuestro reto.

La naturaleza lo ha hecho siempre, los diseños de vida más sencillos y simples son antifágiles frente a los grandes cataclismos.

¿Sobreviviremos haciendo lo mismo que estamos haciendo?

Feliz Verano.

 

Photo by David Clode on Unsplash

 

Cuando crece, o no, tu empresa

Cuando una empresa crece, o no… Traigo a mi blog, de nuevo, la fantástica colaboración del experto financiero Francis Ariza que siempre nos hace reflexionar sobre el estado de nuestras empresas.

Cuando una empresa crece, porque ha tenido una buena política de ventas, crece su facturación, y por ende su beneficio. Otras menguan su beneficio, debido a una crisis por ejemplo, o por incremento de la competencia que hace caer su margen para poder competir. La gestión debe adaptarse y ponerse el traje adecuado para la ocasión, en caso de no hacerlo ese crecimiento puede verse rápidamente lapidado o bien, si va mal, le puede ir aún peor.

liderazgo coach empresa beneficio

Hay que pensar que no todas las empresas necesitan lo mismo, y que implantar, por ejemplo, la política en gestión de cobros que sigue Amazon o Mercadona en una tienda de barrio puede ser nefasta para esta y viceversa. Son muchas las variables que hay que analizar y los aspectos a tener en cuenta son muy diversos, pues repito las circunstancias no son las mismas incluso para empresas del mismo segmento con una facturación similar. Y es aquí donde entra en juego la filosofía de la empresa.

En uno de mis primeros post definía la empresa como un organismo que necesita adaptarse al sistema para sobrevivir, y ello incluye adaptar algunos elementos de su gestión pero sin llegar a trastocar su filosofía. Pero ocurre que muchas empresas que crecen bien y sobretodo que crecen mucho en poco tiempo, tardan en reaccionar o están acomodadas como para hacerlo y mantienen procesos de gestión de la información del jurásico. Esto hace que se estén empleando recursos como el dinero y el tiempo en tareas obsoletas, que en lugar de desperdiciarse de esa manera podrían invertirse en otros aspectos de la empresa.

Hoy en día hay multitud de herramientas informáticas más y menos complejas de utilizar que puede solventar todo esto en gran parte. Estamos hablando de las grandes opciones que ofrecen ya todos los programas de gestión, que algunas empresas erróneamente solo utilizan para la contabilización de las facturas y poco más; también tenemos Excel que con un poco de pericia puede solucionarnos grandes problemas; hay también herramientas online que van desde coordinación de trabajo cooperativo hasta almacenamiento eficaz de la información. Incluso hay unas que son más caras y por tanto mejores o incluso estupendas aplicaciones para empresas que son gratuitas. Esta última opción es especialmente recomendable para empresas que están empezando o pequeños autónomos que comienzan su aventura. Pero repito, si sigues creciendo te merece la pena gastarte dinero en un programa de gestión que ofrezca mayor soporte. Es necesario innovar constantemente y ser eficientes siempre en todos los recovecos que pueda esconder la gestión de la empresa, esto se traduce siempre en rentabilidad.

Por consiguiente, nos damos cuenta que realmente depende todo del espíritu del empresario y de sus responsables, de su capacidad de querer cambiar para avanzar. Lo que si se tiene que quedar claro es que herramientas hay pero que, sobre todo, hay que tener el deseo de cambio o al menos delegar y depositar toda tu confianza en alguien que lo haga por ti.

 Francis Ariza es economista, experto en consultoría fiscal y financiera.

 

 

 

Photo by rawpixel on Unsplash

Emprender: alto riesgo

Emprender es una actividad de alto riesgo, a la que ahora se suma otro factor altamente peligroso: la banca está empezando a prestar dinero alegremente, fácil y barato (se estaban quedando sin negocio).

emprender banco banca préstamos

El principal obstáculo para emprender suele ser la financiación, y si ahora la encontramos fácilmente es probable que nos lancemos a montar nuestro negocio sin analizar debidamente los riesgos (lo sé por dolorosa propia experiencia)

Cuando arrancamos nuestro proyecto nos podemos encontrar con menos ventas de las calculadas, imprevistos, retrasos en los proveedores, averías, permisos que no llegan… Todo esto consume tiempo. Si lo primero que hacemos es firmar el crédito, todo el tiempo que transcurra hasta conseguir ingresos deberá ser lo más corto posible.

El director de la entidad podrá ser amigo nuestro desde la infancia, pero en el momento que tengamos un retraso en un pago se acabará la amistad y comenzarán los problemas. Por tanto, cuando te financies busca la operación que mejor se adapte a tus circunstancias y necesidades, nunca negocies en base a una amistad.

El papel lo aguanta todo, así que pon por escrito tu proyecto, teniendo en cuenta al menos lo siguiente:

  • ¿En qué soy bueno? Emprende dominando la actividad que vas a hacer.
  • ¿Seguirá siendo viable mi negocio dentro de cinco años? La tecnología avanza, ¿seguirán existiendo las tiendas de ropa o comprará todo el mundo por Internet?
  • ¿Quién es el líder de mi posible competencia? ¿Qué hace diferente a los demás?
  • ¿Cuánto me va a costar montarlo? ¿Me lo puedo permitir?
  • ¿A qué segmento de clientes me voy a dirigir?
  • ¿Dónde encuentro a los clientes?
  • ¿Cómo los llevo hasta mi negocio?
  • ¿Cuánto tiempo puedo «sobrevivir» sin ingresos?
  • ¿Me apoya mi familia’ ¿Por qué?

Es difícil montar un negocio y que empiece a funcionar generando beneficios rápidamente. Todo requiere tiempo y, a veces, no tenemos en cuenta esos plazos.

Una regla básica: cuando tengas tu proyecto desarrollado, conociendo los importes y tiempos, increméntalo todo un 30%. No puedes ir justo porque lo pasarás muy mal.

No olvides que cuando emprendes «arrastras» a tu familia contigo, asegúrate de tener los deberes bien hechos.

Emprender es una actividad de riesgo, no lo conviertas en una condena por la deuda que contraigas.

Planifica, planifica y planifica.

QUIÉN SANGRA EN TUS BATALLAS

Cuando nos encontramos inmersos en las batallas de nuestras empresas y comercios, de nuestros proyectos emprendedores, peleando incansablemente, llega un momento en que nos damos cuenta de que el reguero de sangre de las heridas recibidas no es solo nuestro. Hay sangre de más personas, de personas que nos importan, de personas que hemos arrastrado al frente de batalla sin darnos cuenta, de personas que nos quieren.

Lo expresa de manera extraordinaria la escritora Patricia G. Monteoliva en su último post del que (con permiso) he copiado este título.

batallas coaching empresa familia

Esto le pasó a un buen amigo. Tomó la crisis que destrozó a su sector y se la echó a la espalda. Cabalgó sin mirar atrás, peleando sin parar, hora tras hora, día tras día y año tras año. Sin decir nada, presto siempre a las batallas, sin querer pedir ayuda.

Sintiendo el profundo dolor de sus heridas, un día decidió que ya tenía bastante. No podía seguir luchando, ya no le quedaban fuerzas.

Sentado en su escritorio tomó conciencia de que, quizás, era irreparable el daño sufrido.

Y se dio cuenta de que la sangre que lo empapaba todo no era solo suya. Lo que había tratado de evitar, aquello por lo que hubiera muerto mil veces, sangraba junto a él: su mujer, sus tres hijas, sus proyectos, su casa, su empresa, sus trabajadores… Todo se había roto, todo manaba sangre.

Es cierto que las batallas las libra uno solo. Primero con uno mismo (que es la única manera de crecer y fortalecerse) y luego con el enemigo, sea quién o qué.

También es cierto que tenemos que avisar al entorno (familia, empresa) de la batalla que se avecina. Si hay cobardes les damos tiempo para irse; si hay valientes tendremos un punto de apoyo sobre el que volver a curar heridas y coger fuerzas.

Las batallas unas veces se ganan y otras se pierden, todo no es negro o blanco, bien lo sé yo. Pensar que es mejor que no se entere nadie es un error, pase lo que pase necesitas tus apoyos, necesitas transparencia con quien viaja contigo en la vida.

No esperes a sentarte y explicarlo. No esperes a pedir ayuda.

No esperes, no sea que llegues demasiado tarde.

 

Photo by ian dooley on Unsplash

Sueños rotos del emprendedor

Sufrir los sueños rotos del emprendedor debería ser una tarea obligada para todo el mundo, especialmente para los «sabios» que siempre torean la vida desde la barrera, cuchicheando entre los fastos de sus propias miserias.

emprender coaching empresa

Hace poco leía la despedida de una emprendedora que ha tenido que cerrar su tienda; dolor contenido, agradecimientos sinceros y sueños a la papelera.

Palmadita en la espalda y de fondo ese típico «yo lo sabía», que se escapa por lo bajo para quedar por encima del que tiene un fracaso.

Hay muchas expresiones que vienen al caso para levantar la moral del que se siente devastado y en absoluta impotencia, a mí de las que más me gustan es la que dice «no nos definen las veces que nos caemos, sino las veces que nos levantamos». Y es que la vida es un caer y levantarse continuo; los éxitos y los fracasos solo son acontecimientos de la vida que todos experimentamos.

Los sueños, las ilusiones, los proyectos, existen porque forman parte de nosotros y nadie tiene el derecho a destruirlos

Está de moda ser emprendedor, acometer proyectos que nos prometen la felicidad (léase dinero) y nos metemos en unos charcos de los que no sabemos salir.

Me replicaron una vez que como me atrevía a dar consejos a emprendedores y empresarios si había fracasado y perdido mi empresa familiar con más de cien años. La respuesta es fácil: ¿Quién puede explicar lo que se siente cuando sufres una descarga eléctrica? El que ha metido los dedos en el enchufe o ha tocado los cables que no debía. El que va con las manos en los bolsillos, opinando sin hacer, es mejor que siga su camino.

No pasa nada por llevarse un calambrazo, incluso por llevarte dos. Lo que sí te pasa factura es dejar tus sueños guardados en un cajón por miedo a fracasar.

Pon tus sueños en marcha, rodéate de las personas que realmente puedan ayudarte, y como dice el título del libro de Phil Knight, fundador de Nike, NO TE PARES NUNCA.

 

 

Photo by Jeremy Wong on Unsplash

Ponle nombre al fracaso

«Ponle nombre al fracaso» debería ser una máxima en nuestras cabezas para definir aquellas partes de nuestra vida que nos han dejado una marca en el alma.

Hay muchos fracasos en la vida, personales y profesionales, que no están bien vistos en esta sociedad orientada al éxito y a la vida fácil. Lo cual es irreal ya que todo requiere un gran esfuerzo y lo material no nos completa humanamente.

Hace unos días vi la película «Belleza Oculta», protagonizada por Will Smith, en la que narra su vida antes y después de la pérdida de un ser querido, el esfuerzo por razonar lo que no es razonable.

Me llamó la atención que en una reunión de terapia en grupo, de ayuda a los que han sufrido la pérdida de un ser querido, además del lógico dolor e intenso recuerdo se le pone nombre a la pérdida. Se llamaba XXX y murió por XXX.

Esto me hizo reflexionar sobre nuestra vida personal y también la profesional. ¿Cuántos fracasos ocultamos para que no nos miren mal? Este es uno de los miedos más poderosos a los que nos enfrentamos cuando emprendemos. ¿Y si me va mal? ¿Qué van a pensar de mí?

En realidad no hay ningún fracaso completo, como tampoco hay ningún éxito completo. Lo que sí es realmente importante es saber qué no salió bien, aprender la lección y seguir adelante.

¿Y si nos preguntan por nuestro fracaso?

No sirve de nada escondernos, pues la respuesta la sabemos y es fácil contestar.

«Emprendí con toda la fuerza y toda la pasión del mundo, hice todo lo que pude y estuvo a mi alcancé, aunque no lo conseguí. He aprendido que la próxima vez tengo que mejorar…»

Este no es un ejercicio para valientes, es un ejercicio de sentido común. El que esté libre de fracaso que levante la mano. No hay nadie. 

Quien quiera vivir sin intentarlo que levante la mano.

Yo no soy de esos, lo intentaré una vez más. ¿Y tú?